Las estrategias contemplan el destino adecuado de sustancias peligrosas y reciclables, de forma técnica y organizada.
Buscando disminuir el impacto ambiental que pueda generar la disposición de residuos sólidos en las zonas francas (ZF) del país, estas áreas han implementado una serie de medidas para manejar adecuadamente estos desechos.
Entre ellas está adelantar una separación adecuada, para evitar causar daños al ecosistema.
Un ejemplo de esta labor es la gestión desarrollada por la Zona Franca de La Candelaria que, junto con las empresas que funcionan en su parque industrial, viene separando las sobras valorables, que son entregadas a organizaciones de carácter social o de economía solidaria para su disposición final.
Otro ejemplo es la tarea efectuada por la Zona Franca de Bogotá que cuenta con un Departamento de Gestión Ambiental (DGA), el cual se ha constituido como el organismo rector en estos temas dentro de esta infraestructura multiempresarial.
Dentro de los avances más importantes en la gestión de residuos sólidos en esta ZF, “se destaca la reducción, en un 57 por ciento, del promedio anual de generación de residuos no aprovechables, desde el 2009, gracias a las buenas prácticas de identificación, segregación y reciclaje, por parte de los usuarios. La Zona Franca ha dejado de enviar 1.348 toneladas de desperdicios no aprovechables al relleno sanitario.
Entre tanto, la Zona Franca Parque Central cuenta con el manual para el buen manejo ambiental, el cual incluye medidas de protección al ecosistema que deben ser tenidas en cuenta para la construcción y operación de la ZF, tanto por parte su administración como de cada una de las empresas que se instalen en ella.
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